Este hombre cree firmemente que la muerte no es el final de la mente/consciencia humana. En sus 30 años de investigación, descubrió que los cerebros permanecen "recuperables no solo durante horas, sino posiblemente días de tiempo." Sam Parnia, profesor asociado de medicina en NYU Langone, dice que si pensamos en la muerte como un proceso en el que el cerebro se deteriora, y si la consciencia es simplemente creada por el cerebro (lo cual aún se debate), entonces la lógica sugeriría que la consciencia también debería desvanecerse o disminuir. Pero lo que se observa en realidad es todo lo contrario. En lugar de desvanecerse, la consciencia de las personas parece volverse más expandida, poderosa y vasta después de la muerte. El Dr. Parnia argumenta que esta observación sugiere que la consciencia humana es un misterio que no puede ser completamente explicado solo por la actividad cerebral. La idea de que la consciencia es puramente un producto del cerebro y termina cuando el cerebro muere es cuestionable y, en su opinión, incorrecta. Esto ha abierto un nuevo y vasto campo para la investigación científica.