🇷🇸 Hoy en Serbia, un joven estudiante, Bogdan Jovičić, no es tratado como una voz de conciencia, sino como un criminal peligroso. Acusado vagamente de participar en las protestas de agosto y negado el derecho a una defensa adecuada, ve cómo las puertas de la justicia se cierran ante él: su detención se ha extendido por otros 30 días, no por culpa, sino por miedo a su valentía — la misma valentía que lo llevó a iniciar una huelga de hambre. Mira la fotografía: cadenas en sus piernas, tres policías a su lado. Así fue llevado al funeral de su padre — no como un hijo en duelo, sino como un hombre despojado de su dignidad. Y, sin embargo, a lo largo de su detención, su conducta ha sido irreprochable. En el sexto día de su huelga de hambre, el frágil cuerpo de Bogdan habla más alto que cualquier palabra: de represión, de injusticia y de la profunda herida infligida a la democracia. Esta escena no pertenece a Europa, sino a las sombras que pensábamos haber dejado atrás. Nuestro Secretario General, Sandro Gozi, estará en Belgrado el jueves y el viernes en nombre de Bogdan y de los estudiantes que siguen detenidos injustamente. El jueves a las 5 p.m., en la Casa de Europa en Belgrado, participará en un evento público donde los propios estudiantes también hablarán.