Si Moore y Keller estaban en lo correcto en sus predicciones, la forma de proselitismo de Charlie Kirk, con su gorra roja, tanto por la fe como por la política conservadora, debería haber repelido a los estudiantes universitarios y ayudado a asegurar la irrelevancia permanente del cristianismo en la próxima generación. En cambio, ocurrió lo opuesto, y ocurrió de una manera tan neón y a gran escala que la impotencia de la tercera vía de Moore/Keller para atraer a jóvenes conversos ya no puede ser negada. Mi último artículo para @realDailyWire