La juventud es algo que no se puede regenerar. Ayer, un compañero del grupo me contactó y me dijo que había ganado dinero recientemente, que había hecho una pequeña fortuna. Le pregunté cuánto y me dijo 300. Mi primera reacción fue: ¿300 mil? Al menos 300 USDT, ¿verdad? El resultado fue 300 yuanes. En ese momento, me reí mucho. Luego, al reflexionar, pensé que yo también, en mi juventud, me alegraba mucho con solo ganar 300 yuanes. Echo de menos a ese joven que tenía la ambición de conquistar el mundo. Sin embargo, bajo la luz de tres o cinco lunas brillantes, solía tener un corazón que aspiraba a lo más alto.