Los Baby Boomers ganaron la lotería genética de muchas maneras Tomemos a John como ejemplo John nace en 1945, después de que la guerra más mortal de la historia ya ha terminado. En la década de 1960, en su adolescencia tardía, consigue un trabajo a salario mínimo que paga $1.15 por hora ($11.55 en dólares ajustados por inflación hoy). John, siendo tan inteligente como es, decide contribuir a la seguridad social. Unos años más tarde, decide que quiere seguir una carrera como ingeniero, ¡absolutamente! La matrícula promedio para las universidades públicas en ese momento es solo de $243 por año (~$2,500 en dólares de hoy). Consigue un trabajo en la escuela secundaria en su heladería local. Luego usa el dinero para pagar lentamente la universidad con el tiempo. A mediados de la década de 1960, se crea Medicare, lo que resulta en un gran colchón para los costos de atención médica de John. John termina la universidad y trabaja unos años como ingeniero, ganando un dinero bastante decente. En 4 años de ahorro, compra una casa por ~$25,000 (~$210K en dólares ajustados por inflación). Relativamente a su ingreso anual, esto es solo 2.0x su salario anual. ¡No es un problema en absoluto! A lo largo del resto de sus años de trabajo, John se mantiene financieramente astuto e invierte una parte de su sueldo. La invención del 401K y el IRA en los años 70 y 90 allana su camino para enormes ahorros fiscales en su cartera. Para 2008, John ha acumulado un enorme nido de ahorros en efectivo e inversiones en acciones, junto con su residencia personal. Cuando golpea la Gran Crisis Financiera, John aprovecha al máximo y compra una casa adicional como propiedad de inversión. Entra la flexibilización cuantitativa. Durante la próxima década, la Reserva Federal continúa bajando las tasas de interés y estimulando la actividad económica. La cartera de inversiones en acciones y bienes raíces de John se dispara. Además, la casa que compró a finales de la década de 1960 ha aumentado casi 15 veces desde entonces. John se retira cómodamente mientras observa a la siguiente generación vivir en una economía empañada por la inflación y la desigualdad de riqueza. El desempleo de nuevos graduados está en los niveles más altos. La deuda estudiantil es rampante. La vivienda sigue fuera del alcance de la mayoría. Él piensa para sí mismo: “debe ser porque estos chicos no hicieron su café en casa”

Los boomers preferirían destruir el sueño americano para sus nietos que ver cómo sus acciones y bienes raíces disminuyen unos pocos puntos porcentuales. Deja que eso se asiente.

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