Creo que los últimos días de debate revelan que el ámbito de la política climática sufre de sobre-aislamiento y de demasiada especialización.

Tenemos voces destacadas que se presentan como los principales expertos de la comunidad verde que no tienen ni idea de cómo funcionan los flujos comerciales internacionales, cómo son las bases impositivas locales y los mercados laborales, ni qué consideraciones deben tener en cuenta los responsables políticos estadounidenses al elaborar políticas de sanciones.

Incluso en el ámbito energético, están tan centrados en lo que hacen bien las renovables (electricidad) que no tienen ningún conocimiento sobre la industria, la agricultura, el transporte marítimo o la aviación.

Recuerdo haber hablado con alguien del equipo de política económica de Harris con una idea, pero me dijo que estaba fuera de su jurisdicción porque energía/clima es un equipo diferente al de economía.

Pero la energía es una parte realmente importante de la economía, y el conjunto de herramientas analíticas de la profesión económica es fundamental para entender los temas energéticos — es demasiado grande para tratarla como una causa de nicho aislada de todo lo demás.

Y, por supuesto, el calentamiento global es un problema *global* — no se puede empezar a pensar en ello sin pensar en los aspectos de política exterior