Un nuevo metaanálisis de millones de carteles en línea encuentra que el lenguaje moral-emocional es quizás el cohete número 1 para el tráfico. La mayoría de las personas que pasan tiempo construyendo una audiencia publicando en línea sobre política (o cualquier cosa) llegan a la misma conclusión: la indignación y la condena del grupo externo son boletos fáciles para volverse virales. No somos nosotros mismos aquí. El mundo físico defiende un principio de reciprocidad amable (si eres amable conmigo, yo soy amable contigo) y castigo negativo (alejarnos de las personas y los lugares que son malos con nosotros). Las redes sociales, por una variedad de razones, invierten este principio y alientan a las personas a buscar activamente y obsesionarse con grupos externos que pueden servir como combustible para la indignación, la condena y otras comunicaciones morales y emocionales. Creo que esto es algo obvio y no tengo planes para solucionarlo, pero a veces vale la pena señalar lo obvio.